El valor didáctico de contar calorías durante una semana es enorme, pero la realidad es que es una técnica demasiado complicada para seguir en nuestro día a día.
Tenemos las opciones de l os distintos “platos” que ofrecen diversas organizaciones, como el «Plato de Harvard» (que quizás es el más famoso), donde la mayoría de platos son similares.
Y tenemos la opción de usar nuestra propia mano como medida estándar, que es el método que voy a explicarte hoy, el “método de la mano”.
Es un método de control de porciones según los distintos grupos de alimentos.
¿Cómo ajustar calorías sin estar a dieta? aquí tienes la respuesta.
El método de la mano constituye un marco conceptual para facilitar la toma de decisiones a la hora de seleccionar “qué nos toca comer”, porque al fin y al cabo eso es lo importante, que sepamos tomar las decisiones correctas Y QUE LAS TOMEMOS.
De ese modo se puede identificar la calidad e idoneidad de tu plato al vuelo, estés comiendo dentro de casa o fuera de casa (en cualquier bar o restaurante).
No se trata de tener que coger la comida con la propia mano antes de cocinarla o ponerla en el plato, si no de tener una medida estándar que nos permita controlar los distintos grupos de alimentos y la cantidad de comida a ojo.
● Tu palma de la mano (en anchura y grosor) constituye 1 ración de proteína.
● El tamaño de tu puño cerrado determina 1 ración de vegetales.
● La garra, o tu mano en forma de cuenco representa 1 ración de carbohidrato.
● Finalmente, tu pulgar representa 1 ración de grasas.
Suponiendo un estilo de vida activo y haciendo 4 comidas al día, la cosa quedaría así:
Para hombres, en cada una de las comidas:
● 2x proteínas.
● 2x vegetales.
● 2x carbohidratos.
● 2x grasas.
Para mujeres, en cada una de las comidas:
● 1x proteínas.
● 1-2x vegetales.
● 1x carbohidratos.
● 1x grasas.
Recuerda que las raciones indicadas están pensadas para personas con un estilo de vida activo, y para 4 comidas.
Muchas personas os encontraréis muy cómodas con esta distribución tal cual, otras, sin embargo, tendréis que seguir haciendo ajustes.
Es posible que necesites añadir más cantidad si:
● Eres una persona muy grande.
● Si de manera sistemática te quedas con bastante hambre en cada comida.
● Si al margen de un estilo de vida activo pasas muchas horas haciendo ejercicio o éste es de gran intensidad (nota: el spinning no cuenta como “gran intensidad”).
● Si estamos entrenando para ganar volumen muscular.
● Si ese fuere el caso, puedes comenzar por añadir 1 ración más de carbohidrato y otra ración de grasa en comida y cena, lo que serían en total 2 raciones más de cada cosa al día.
Es posible que quieras o necesites reducir algo las raciones indicadas si:
● Eres una persona muy pequeña (o si para tu altura tienes las manos muy grandes).
● Si ves que sistemáticamente no puedes terminar los platos.
● O si estás intentando adelgazar y llevas 2 semanas de estancamiento.
● Si fuera t u caso, puedes comenzar por quitar 1 ración de carbohidrato y otra de grasa en el día completo, osea, quitar 1 ración de cada cosa al día.
Nuestra principal fuente de carbohidratos son:
*Fíjate que en la estructura de grupos de alimentos hablamos de vegetales al margen de carbohidratos, eso es porque constituyen un grupo tan importante como para tener su propio apartado y porque su contenido en carbohidrato total suele ser muy, muy, pequeño.
Con la sección de carbohidratos hacemos referencia a alimentos con mayor contenido en almidón.
**Más adelante te anoto qué ocurre con la fruta.
Entonces, dejando los vegetales a un lado, dentro de los carbohidratos tenemos:
Nuestras principales fuentes de proteínas son:
Nuestras principales fuentes de grasa son:
Legumbres, lácteos, fruta…
Las legumbres son un grupo de alimentos maravilloso con buenos carbohidratos complejos y con un aporte de proteínas muy interesante, por lo que es un alimento mixto.
Mi consejo para contabilizar legumbres es muy sencillo:
● Si eres omnívoro (comes de todo): incluye las legumbres dentro del grupo de los carbohidratos.
● Si no consumes alimentos animales: considera las legumbres una de tus fuentes de proteína.
Los lácteos son, definitivamente, un grupo “problemático”.
Lo que ocurre es que, por lo general, la leche es la mezcla perfecta entre proteína, grasas y carbohidratos, por lo que, resulta confuso incluirla dentro de algún grupo concreto.
Pero claro, hay vida más allá de la leche, y hay productos lácteos que, por su procesamiento, han reducido mucho o todo su contenido en alguno de los macronutrientes principales.
Por ejemplo, el queso curado, en su proceso de curación, pierde todo o casi todo su contenido en carbohidrato, por lo que tenemos un alimento mayormente graso con un buen contenido proteico.
El queso fresco batido 0% sería el ejemplo contrario, es un lácteo al que se le ha eliminado la mayor parte de grasa, en este caso lo encajaríamos en el grupo de carbohidratos.
O simplemente tenemos un ejemplo en la leche desnatada (quitando la nata, se le quita su grasa), así que… grupo de carbohidratos.
Entonces, ¿en qué grupo metemos los lácteos?
Mi consejo, para simplificar, es que lo incluyas en el grupo de alimentos de su macronutriente predominante si es que es un lácteo procesado:
● Si predomina la grasa como en el queso curado… directamente en grasas.
● Si predomina el carbohidrato, como en el queso fresco batido… directamente en
carbohidratos.
● Si consumes mucho lácteo mixto atiende a la siguiente sección.
En el último caso, otra opción sería que lo cuentes como un grupo nuevo:
EL GRUPO DE LOS LÁCTEOS
Por normal general, para el grupo de los lácteos:
● Recomiendo consumir entre 0 y 2 raciones al día.
● Cero, porque no es obligatorio incluir lácteos.
● Y 2, porque es un buen número de consumo para no desplazar otros alimentos.
Antes de nada, recuerda que el método de la mano existe para facilitarnos la toma de decisiones y facilitarnos la vida.
Y con la fruta, seamos prácticos, yo te doy dos opciones:
● Si eres una persona a la que le cueste mucho meter alimentos vegetales en su dieta: Para facilitar el proceso, te recomiendo que comiences contando la fruta dentro de las raciones dedicadas a vegetales.
● Si eres una persona que ya tiene los vegetales presentes habitualmente en tu alimentación: En ese caso, cuenta la fruta como lo que es, como carbohidrato.
Con el método de l a mano, verás que vas a incluir todos los grupos de alimentos que quieras, y verás que puedes rotar todos los alimentos que desees.
Ahora bien.
Por supuesto, tanto tus sensaciones, como tus resultados y objetivos van a mandar a la hora de establecer cambios en el número de raciones que formarán parte de tu día a día.
Y ten en cuenta que tu vida a lo largo del año puede cambiar y pueden variar tus necesidades, tus objetivos, e incluso gustos.
Así que, ante cambios en tus hábitos físicos, deberías introducir también cambios en tus hábitos alimentarios.
Un poco de ensayo-error será el complemento perfecto ante l a introducción de cambios.
Cuando este sistema está controlado, resulta mucho más fácil introducir estrategias avanzadas, ya que siempre hay un método de origen al que volver de manera fácil evitando el efecto yo-yo entre épocas de “ir a tope” con estrategias super complicadas y épocas de “vivir en el caos” con cero control.
Siempre podrás pasar de estrategias más avanzadas y temporales a la seguridad del método de la mano para nunca más tener que estar a dieta.
1. Contar calorías, aunque útil, es complejo y tedioso.
2. No tienes por qué contar calorías para tener el esquema de tu dieta.
3. El método de la mano es un sistema portátil y que nunca agota su batería.
4. El método de l a mano te facilitará la toma de decisiones para organizar tu dieta tanto dentro como fuera de casa.
5. En función de tus resultados, gustos e intereses podremos establecer cambios mediante ensayo-error pero afinando bastante.
6. Tras tener este sistema controlado, podrás desarrollar estrategias más avanzadas, caso que así lo desees.
Si quieres tener esta lección más a mano (recomendado tenerlo impreso) puedes: